Teoría Teológica
Esta teoría nos indica que el lenguaje humano es un don Divino entregado por Dios para todos nosotros los hombres. La Biblia cuenta la creación del primer hombre: de su cuerpo material y de su alma espiritual e inmortal, por eso no se puede decir que el hombre viene del mono, así, simplemente. Es necesario admitir la especial intervención de Dios. El cuerpo puede venir por evolución; pero no el alma, que es espiritual. El alma humana ha sido infundida por Dios en el momento de la concepción. Nunca el espíritu puede venir por evolución de la materia. El salto de la materia al espíritu sólo puede darse por la intervención de Dios.
Entre el mono y el hombre hay un abismo. Este abismo es la inteligencia. La inteligencia es de orden espiritual. Dijo el Premio Nobel de Medicina John C. Eccles en el prólogo de “Las fronteras del evolucionismo” lo siguiente: “Cada alma es una nueva creación divina. Me permito decir que ninguna otra explicación es sostenible”.
La Iglesia siempre ha insistido en el hecho de que siendo espiritual el alma humana sólo puede existir por haber sido creada, y no es posible que proceda de un animal inferior por evolución “La fe católica nos obliga a retener que el alma humana ha sido creada inmediatamente por Dios”, dice Pío XII en la Encíclica Humani Generis. Con todo, no hay dificultad en admitir, dentro de la doctrina católica, que Dios infundió el alma espiritual en un mono antropomorfo. Un cuerpo animal no es más indigno que un pedazo de barro para percibir el soplo espiritual de Dios.
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